Prefecto Poncio Pilatos, hombre encargado de mantener la paz entre los pueblos de su jurisdicción. Su territorio fue dado a continuas revueltas civiles entre judíos fariseos, saduceos, zelotes, samaritanos y herodianos o romanos. Su labor encomendada por Roma no fue nada fácil, ya que en el juicio a Jesús todo estaba dispuesto desde arriba para que se cumpliesen los deseos del padre. Pilatos no tuvo opción de librar al reo, aún a pesar de los presagiadores sueños de su esposa Claudia Prócula.
Poncio Pilatos, a pesar de su rango, mostró poseer una personalidad débil, invadida por la constante amenaza de una guerra civil que lo sustituyera del cargo, como ocurriría al fin y al cabo mas adelante.
Por estos motivos el nuevo Pilatos debía ser la representación de un hombre poderoso, invadido por la indecisión y la falta de autoridad. Así pues se representa a un Pilatos grueso, propio de un hombre de situación acomodada y a imagen y semejanza de la corpulencia de nuestros romanos quienes posaron gustosamente. Se le sienta en su sede, al borde del asiento y de lado porque no se siente cómodo con la situación. Se lava las manos como último remedio para evadir responsabilidades, al más puro estilo judío. De tez clara, frágil, clava de reojo su mirada atormentada en el reo, como si estuviera disculpándose con él por dar lugar a la ya inevitable pasión de Cristo.
Figura tallada en madera de cedro y policromada en 2008. Con esta imagen se comenzó a renovar el antiguo grupo de la cofradía de El Prendimiento de Villanueva del Arzobispo (Jaén). El nuevo grupo se compone de Poncio Pilatos, el sanedríta leyendo la sentencia, un soldado romano y Cristo. Todos realizados en nuestro taller de escultura Calero.