El Sagrado corazón del entorno monumental de la Cruz Dorada de Villanueva del Arzobispo ha sido restaurado este verano. Se trata de un monumento muy querido para los villanovenses. Su historia está vinculada a la devoción agraria de la ciudad y conserva una de las fuentes emblemáticas del municipio. Desde el primer momento observé la gravedad del problema. Para su restauración iba a ser necesario trasladar la obra al taller.
Las obras que llegan al taller para ser restauradas hablan. Cuentan a su manera como fueron hechas, como han sido tratadas, las veces que han sido tocadas o intervenidas, en definitiva todo lo que concierne a su ser. Pero como obras de arte tienen la cualidad honorable de guardarse una parte de información. No cuentan quien las ha tocado ya sea para bien o para mal. Ahí es donde entran los documentos, archivos o testimonios directos que se puedan conservar y que ayuden a esclarecer la historiografía de la obra. En el caso del Sagrado Corazón lo puedo resumir en la celebre frase de: “entre todos lo mataron y el solo se murió”.
En la historia reciente esta obra ha sido manipulada en varias ocasiones que han dado lugar a problemas estructurales importantes e irreversibles. Estas manipulaciones se suman a las deficiencias técnicas originales. Recordemos que su autor Juan Linares era picapedrero y el trabajo de la escultura no era el eje de su trabajo. La obra ha hablado y los testigos también. Gracias a eso se ha podido rearmar y consolidar para que pueda seguir ocupando el lugar para el que fue creada.
Doy las gracias por la confianza depositada para la restauración y conservación del patrimonio de Villanueva del Arzobispo.